Según el Consejo General de la Psicología, la entidad encargada de regular y velar por el ejercicio profesional de los psicólogos en España, cada año se reciben cerca de 300 denuncias contra el intrusismo laboral. Estas cifras ponen sobre la mesa una realidad cada vez más preocupante: se están ofreciendo servicios de psicología sin tener la formación o la titulación necesaria para hacerlo, lo que pone en riesgo la salud mental de las personas que acuden a ellos.
La práctica del intrusismo sigue siendo un problema que afecta la profesión y, por ende, la sociedad en su conjunto. El intrusismo laboral en el ámbito de la psicología se refiere a la práctica ILEGAL de personas que no están debidamente capacitadas o registradas para ejercer la psicología, pero que se hacen pasar por psicólogos y ofrecen servicios relacionados con la salud mental. Esto puede producirse tanto en el ámbito privado como en el público.
El ejercicio de la psicología en España y en otros países se basa en leyes y regulaciones que establecen los requisitos necesarios para la práctica profesional, tales como formación académica y obtención de una licencia o registro para ejercer la profesión. Sin embargo, muchas personas sin la formación y autorización adecuadas pueden ofrecer servicios sin cumplir con estos requisitos.
A pesar de que es una práctica bien conocida, el problema al que se enfrentan muchos pacientes y denunciantes es que en ocasiones no se dispone de las pruebas suficientes. Por ejemplo, muchas personas que practican la pseudociencia se describen como terapeutas, término que puede utilizarse como comodín porque, al no denominarse psicólogo/a, la persona que se define como terapeuta no incurre en un delito de intrusismo laboral.
El intrusismo laboral en el ámbito de la psicología puede tener consecuencias graves, incluido el daño emocional, físico y económico de los pacientes, así como el deterioro de la imagen y reputación de la profesión de psicólogo. Algunas de las consecuencias comunes, no por orden de importancia, son las siguientes:
También los colegios regionales, como por ejemplo el de Col·legi oficial de Psicologia de Catalunya, ofrecen información sobre intrusismo laboral y sobre qué hacer si somos conocedores de un caso de este tipo.
La pandemia ha sido un caldo de cultivo para las pseudoterapias debido a que ha creado una mayor demanda de servicios de salud mental. Muchas personas pueden estar desesperadas por encontrar soluciones a sus problemas de salud mental y pueden ser susceptibles a las promesas falsas de este tipo de terapias.
Al respecto, el Gobierno aprobó en 2018 el Plan para la Protección de la Salud frente a las Pseudoterapias con el objetivo de difundir información veraz y accesible. Una de las primeras medidas del plan fue identificar 73 pseudoterapias, entre ellas la terapia regresiva, el feng shui, el tantra, el coaching transformacional y la numerología. También se incluyeron otras terapias, como la iridología, el masaje tibetano, el masaje en la energía de los chacras y la terapia biomagnética.
Otras iniciativas, como la campaña de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) CoNprueba, constituyen un mecanismo para intentar que la ciudadanía tenga un pensamiento crítico en lo que respecta a las pseudoterapias. El objetivo es concienciar a la población sobre la importancia de buscar información veraz y contrastada sobre los productos sanitarios y terapias antes de utilizarlos y de comprarlos, especialmente en el ámbito de la salud mental.
Detectar el intrusismo laboral puede ser un desafío, pero existen algunas señales que pueden ayudar a identificarlo. He aquí algunas pistas:
Acabar con el intrusismo profesional requiere la participación de asociaciones y colegios profesionales, administraciones públicas y ciudadanos. Desde las entidades profesionales, debe hacerse un trabajo conjunto para educar a la población sobre los riesgos del intrusismo y sobre cómo identificar a los profesionales legítimos. Para ello, pueden realizarse campañas de comunicación externa en los medios.
También es importante el trabajo internos para la regulación de las técnicas de intervención y evaluación de la psicología. En este sentido, es vital que se tomen medidas legales contra aquellos que violan las normas y se hagan esfuerzos para cerrar negocios ilegales que ofrecen servicios de psicología.
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