Seguro que en los últimos meses has oído hablar de ChatGPT, un modelo de lenguaje gratuito basado en inteligencia artificial (IA) con el anhelado poder de generar texto de forma autónoma y automática. Sí, tal como si fuera el genio de la lámpara en tu bolsillo o un escritor que trabaja para ti 24-7 sin quejarse ni pedir vacaciones. Desde conversaciones banales hasta informes de investigación o un análisis de mercado, porque tiene respuesta para todo.
La herramienta está desarrollada por OpenAI, una compañía de investigación de IA, que se anuncia sin fines de lucro, y que tiene como objetivo promover y desarrollar IA amigable de tal manera que, según dicen, beneficie a la humanidad en su conjunto. Ya hace unos años la misma organización lanzó al mercado un sistema de inteligencia parecido (DALL-E), pero para la creación de imágenes de la nada a partir de un texto que describa lo que queramos ver. Si sois curiosos, probad de solicitar una manzana en medio de un paso de peatones de Nueva York al estilo Picasso. Os sorprenderá.
Pero vamos al caso que ocupa: los posibles beneficios de la IA en empresas de I+D. Es algo que entrada parece lógico y natural teniendo en cuenta que el objetivo de este tipo de empresas es desarrollar (o mejorar) nuevos productos, procesos o servicios. En este empeño, deben hacer un esfuerzo constante por mantenerse a la vanguardia de las últimas tendencias y tecnologías. A menudo, no obstante, se encuentran con varias dificultades a la hora de tomar decisiones estratégicas para lograr sus objetivos:
ChatGPT puede ayudar a superar estas dificultades. Más allá de las críticas que pueda merecer una herramienta de este tipo, de las que hablaremos un poco al final de este artículo, no hay duda de que las empresas de I+D pueden aprovechar este tirón desde muchos puntos de vista. Veamos cómo:
A pesar de sus muchas ventajas, ChatGPT también ha recibido algunas críticas. Por varios motivos:
Es importante tener en cuenta estas consideraciones cuando se implemente el uso de ChatGPT. Estos “inconvenientes” pueden trabajarse con medidas de supervisión y ética en el uso de la tecnología. Aun así, es innegable que el uso razonado y responsable, las empresas de I+D pueden beneficiarse de esta nueva herramienta. Sin duda, ha llegado para quedarse.