La tecnología ha alterado la biblioteca académica tradicional hasta hacerla, en algunos puntos, irreconocible si la comparamos con hace algunos años. Estos importantes cambios han tenido un impacto significativo en los conocimientos y habilidades que un profesional de la información debe tener en esta nueva era del conocimiento.
El futuro de las bibliotecas aún no está escrito y es muy difícil adivinar cómo serán. No obstante, sin duda alguna la tecnología y la gestión avanzada del conocimiento estarán presentes en un gran porcentaje del día a día de los bibliotecarios. No en vano, si algo ha caracterizado siempre a las bibliotecas es su poder de adaptación a los tiempos. ¿Quién se atrevería a decir que no son pioneras en poner muchos de los recursos informativos y tecnológicos al alcance de las personas?
Estos avances tecnológicos no van a hacer, en ningún caso, que los bibliotecarios desaparezcan de las bibliotecas académicas del siglo XXI. Al contrario, se especializarán. Se transformarán en facilitadores, en «gestores del conocimiento», más que en maestros del control y la ordenación de datos. Esta nueva manera de gestionar hace los bibliotecarios académicos contribuyan a promover y fortalecer las relaciones y la interconexión entre bibliotecas y usuarios.
Las nuevas herramientas con las que deben contar los bibliotecarios actuales están en relación directa con los objetivos de las bibliotecas contemporáneas:
Veamos algunas de estas herramientas, siempre teniendo en cuenta tamaño y recursos de cada biblioteca.
Los bibliotecarios de hoy pueden contar con una amplia variedad de recursos que permitan mejorar la experiencia de los usuarios:
Sin ánimo de ponernos futuristas, la realidad virtual (ya real en algunas bibliotecas importantes) puede ser una herramienta muy útil para que los usuarios puedan realizar visitas virtuales a la biblioteca, coger un libro, leerlo, e incluso realizar búsquedas en ordenadores o preguntar directamente al bibliotecario.
– Repositorios digitales con los que gestionar las voluminosas colecciones digitales. Estos sistemas informáticos permiten almacenar, ordenar, catalogar y poner a disposición del público todo el conocimiento. Los archivos digitales (v. más abajo) se cargan desde una interfaz web, son adjudicados a colecciones, se les agrega información y metadatos y se publican. El usuario puede obtener dichos datos a través de una única url, y la obra quedará asociada a distintas categorías de información (autor, año, género, colección, etc).
– Repositorios de datos: “Los datos de investigación son registros factuales, que pueden tomar la forma de números, símbolos, texto, imágenes o sonidos, utilizados como fuente primaria para la investigación, comúnmente aceptados por la comunidad científica como necesarios para validar los hallazgos de la investigación” (Griffith University)
– Plataformas de bases de datos: se trata de la solución tecnológica por excelencia para el acceso y la consulta. Como definición sencilla, no es más que un conjunto de información estructurada que ha sido almacenada en un suporte digital y dispone, además, de un programa informático para facilitar su recuperación.
– Repositorios open acces: tanto institucionales como temáticos, de tesis doctorales y de revistas en acceso abierto, es importante que las bibliotecas de hoy incorporen acceso a contenido de libre acceso, para así cumplir los criterios de democratización del conocimiento, tan importante en la actualidad.
– Portales de revistas electrónicas o de libros electrónicos: tecnología y contenidos que los editores o agregadores ponen al servicio de los usuarios para acceder a sus publicaciones seriadas o monografías en soporte electrónico. Implica el acceso al texto completo, por lo que son muy apreciados por los usuarios.
– Redes sociales: también en este punto las redes sociales han acontecido importantes para obtener contenido de valor y que podría pasarse por alto solo con los canales tradicionales de difusión del conocimiento
– Portal bibliotecario: todas estas herramientas suelen estar recogidas en el denominado, sitio web que integra todos los diversos recursos que la biblioteca pone a disposición de los usuarios durante todo el proceso de búsqueda, localización y acceso, sin importar el formato del contenido o el sistema de metadatos utilizado.
Los bibliotecarios actuales deben enfrentarse a la revolución comunicativa, informativa y tecnológica. Esto ha provocado cambios metodológicos, estructurales y funcionales ante los que surgen nuevas necesidades. Las herramientas de formación continua, por tanto, son vitales para que los bibliotecarios se adapten a estos cambios y adquieran los conocimientos y habilidades para las necesidades emergentes.
Referencias bibliográficas:
– Janardhan Reddy, K. (2017). Knowledge Management in 21st Century Academic Libraries. International Journal of Library and Information Studies, 7(2), 2231-4911. https://www.ijlis.org/articles/knowledge-management-in-21st-century-academic-libraries.pdf
– Marquina, J. (2020, 23 noviembre). Tendencias tecnológicas para las bibliotecas de un futuro no muy lejano. https://www.julianmarquina.es/12-tendencias-tecnologicas-para-las-bibliotecas-de-un-futuro-no-muy-lejano
– Alonso Arévalo, J., Cordón García, J. A., Gómez Díaz, R., & García-Delgado Giménez, B. (2014). Uso y aplicación de herramientas 2.0 en los servicios, producción, organización y difusión de la información en la biblioteca universitaria. Investigación Bibliotecológica: Archivonomía, Bibliotecología e Información, 28(64), 51-74. https://doi.org/10.1016/s0187-358x(14)70909-8
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