Cerca del 31% de los profesionales de la salud a nivel mundial implementan la inteligencia artificial (IA) en sus prácticas médicas, y un 68% se muestra optimista respecto al rol que esta tecnología desempeñará en el futuro de la salud, de acuerdo con datos de la firma de análisis de mercado Ipsos. Uno de los aspectos más atractivos de la IA es su capacidad para automatizar labores rutinarias, lo que mejora la eficiencia y exactitud de los procesos diagnósticos.
Parece claro que la IA, con ChatGPT como modelo principal, ha comenzado a revolucionar la atención médica con diagnósticos más rápidos y tratamientos personalizados. Sin embargo, junto a estas innovaciones surgen preocupaciones, basadas sobre todo en la desconfianza. ¿Cómo puede garantizarse que la información proporcionada por la IA es fiable y de calidad?¿Y cómo se puede eludir el peligro de acceder a información incorrecta que podría ser perjudicial para los pacientes? A continuación, presentamos 7 recomendaciones sobre cómo los profesionales médicos pueden integrar estas herramientas con seguridad y confianza.
Ahora más que nunca, existe una gran cantidad de recursos educativos accesibles para que los médicos adquieran un perfil competencial integral que englobe el uso razonado y crítico de la IA. Estas competencias van más allá del manejo técnico, e incluyen la comprensión de las implicaciones éticas y la comunicación efectiva con los pacientes sobre los beneficios y riesgos de estas herramientas.
Con este acceso a una amplia variedad de programas de formación, desde cursos en línea hasta talleres interactivos y seminarios web, incluso másteres y programas universitarios, los médicos pueden actualmente enriquecer su práctica clínica con una comprensión holística de la IA. Esto no solo mejora la atención al paciente y optimiza los resultados sanitarios, sino que también prepara a los profesionales de la medicina para enfrentar y manejar las consecuencias no deseadas del uso de la IA, equipándolos para liderar la transición hacia una nueva era de la medicina digitalizada.
El aprovechamiento seguro y responsable de la IA en la medicina se fundamenta en la colaboración y el uso de los recursos que las instituciones sanitarias han desarrollado y validado. Estas plataformas están específicamente diseñadas para respetar la confidencialidad y privacidad de los datos de los pacientes, alineándose con las regulaciones vigentes de protección de la información sanitaria. Las organizaciones médicas invierten en sistemas de IA personalizados y protegidos, con lo que ofrecen a los profesionales del sector un soporte tecnológico de confianza. De esta manera, los médicos pueden integrar la IA en sus prácticas sin comprometer la seguridad de la información sensible de sus pacientes, lo que asegura un cuidado de vanguardia y, al mismo tiempo, éticamente responsable.
La IA es útil si se sabe utilizar. En la línea del primer punto, relacionado con el conocimiento técnico de las herramientas, es esencial realizar a los chatbots preguntas de manera precisa y especificar las credenciales para obtener respuestas adecuadas a su nivel de experiencia. Por ejemplo, frases como “asuma que soy un profesional cirujano ” antes de plantear un escenario clínico determinará una respuesta mucho más especializada y específica, así como con el nivel de complejidad adecuado. También hay que asegurarse de introducir datos clínicos y de laboratorio detallados y precisos.
Con información clara y específica, la IA puede proporcionar información muy válida sobre, por ejemplo, un diagnóstico en el que no se había pensado, ofrecer diagnósticos diferenciales por orden de probabilidad o incluso recomendar pruebas diagnósticas que se hayan podido pasar por alto.
No debe confiarse ciegamente en las respuestas generadas. Hay que solicitar que el programa de IA proporcione referencias bibliográficas y siempre verificarlas, para asegurarse de su autenticidad y relevancia. La clave: comprobar siempre el material de origen para asegurarse de que coincide con lo que le ha dicho la IA.
Si bien la IA es poderosa, no reemplaza el juicio clínico humano. Por lo tanto, debe usarse como una herramienta adicional en el arsenal médico, no como la única fuente de decisiones.
La atención médica debe priorizar siempre el bienestar del paciente y asegurarse de que su comodidad y seguridad sean lo más importante. Esto implica respetar su dignidad y preferencias en todas las etapas del cuidado médico. En cuanto a la tecnología, especialmente la IA, es esencial que sea transparente y comprensible. En este sentido, los pacientes y profesionales deben entender cómo la IA toma decisiones y procesa la información. La transparencia en la IA no solo fomenta la confianza en su aplicación en la medicina, sino que también asegura que la tecnología se alinee con los principios éticos y humanos de la práctica médica, lo que permitirá mantener una relación de confianza entre pacientes y proveedores de salud.
Por lo tanto, la integración de la IA en la medicina es prometedora, pero requiere precaución. Con una formación adecuada, una buena colaboración y un enfoque centrado en el paciente, así como haciendo hincapié en los riesgos, estas herramientas pueden mejorar significativamente la atención médica.