Aún hoy en día muchas personas trabajamos con la idea de que se nos paga por las horas que trabajamos. Esta «tiranía del tiempo» emergió con la industrialización. Sirenas y silbidos marcaban las horas en que las personas tenían que desfilar hacia el trabajo o hacia casa. ¿Y si esta tiranía tuviera las horas contadas?
Sin duda, el teletrabajo es atractivo para las empresas porque reduce los costes. También lo es para los empleados. Una encuesta ha demostrado que algunos estarían incluso dispuestos a aceptar un recorte salarial si pueden trabajar desde casa. Cierto es que el teletrabajo no es posible para todo el mundo, pues existe un extenso registro de industrias caracterizadas por la naturaleza física de la mayoría de sus actividades. Pero, pensándolo bien, incluso en estos casos podría potenciarse que algunas de sus funciones pasaran a realizarse a distancia (reuniones, por ejemplo).
Para determinar la tendencia futura del teletrabajo, la consultora global McKinsey analizó más de 2000 tareas en 800 ocupaciones y 8 países. Descubrieron que entre el 20% y el 25% de las plantillas de las economías avanzadas podrían seguir trabajando desde casa de 3 a 5 días a la semana sin que la productividad se viera afectada. Si bien también descubrieron la posible afectación negativa de algunos tipos de trabajo que en teoría pueden realizarse a distancia y que parece ser que funcionan mejor presencialmente (decisiones críticas de negocio, negociaciones, brainstorming creativo, incorporación de los empleados o entrega de información sensible), el potencial y la oportunidad de que el trabajo a distancia se convierta en una norma en muchos tipos de trabajo está ahí.
En resumen, parece ser que lo mejor sería un equilibrio entre el trabajo presencial y la conexión virtual. En la misma encuesta de McKinsey, realizada a ejecutivos de empresas de todo el mundo, el 38% de los encuestados espera que sus empleados remotos trabajen dos o más días a la semana fuera de la oficina a partir de ahora. Esto sugiere que los ejecutivos prevén operar sus empresas con un modelo híbrido.
El tiempo dirá, pero parece que la desaparición de la tiranía del reloj, junto con la tecnología, confirman que el teletrabajo ha venido para quedarse. Estas son algunas cosas que las empresas deberán tener en cuenta: