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Uber, innovación y
polémica sobre el asfalto

23 Febrero de 2024

Si hay algo de lo que no hay duda es que todo lo que rodea al mundo de las startups tecnológicas es acelerado. Ideas audaces que prometen generar millones y millones y la innovación son el pan de cada día. La mayoría queda en el olvido, pero hay otras que emergen como ejemplos que contar en universidades y másteres de economía.

Una de ellas es la historia de Uber, una historia que no solo rediseñó una industria, sino que transformó la forma en que nos desplazamos en nuestra rutina diaria. Conocida por ser una de las empresas más desafiantes éticamente en el ferviente núcleo de Silicon Valley, no vamos a limitarnos a narrar la crónica de una empresa que logró el estatus mítico de “unicornio” en el ámbito empresarial, sino el relato de cómo la visión puede transformar un simple inconveniente en un imperio global. Pero esta no es la típica narrativa de negocios. La historia de Uber está adornada con escándalos y controversias en cada capítulo, porque, si bien la idea era, en muchos aspectos, revolucionaria, no eximía de desafíos legales.

Acto I: nacimiento de un gigante

Es de noche en París y todo está nevado. Estamos en 2008. Travis Kalanick y Garrett Camp, dos emprendedores y amigos que no necesitaban GPS para encontrar oportunidades de oro, se encuentran en una encrucijada no muy distinta a la de muchos mortales: encontrar un taxi, muertos de frío y frustrados. ¿Quién diría que esa noche en París sembraría una semilla en sus mentes que les llevaría a construir un imperio de miles y miles de millones de dólares? Decidieron que el mundo merecía algo mejor. Así nació Uber tan solo un año después (2009), un servicio que permitiría a cualquiera invocar la llegada de transporte solo unos toques en su smartphone.

¿Quién diría que el destino de millones de personas se decidiría en una noche de nieve y frustración en París?

Acto II: Flashback

Travis Kalanick, nacido en Los Ángeles, es reconocido por su enfoque tenaz en la competencia empresarial. Después de incursionar en varias ideas empresariales y obtener su licenciatura en ingeniería informática, tuvo su primer éxito al vender su empresa de software, Red Swoosh, en 2007 por 19 millones de dólares.

Por otro lado, Garrett Camp, originario de Calgary, Canadá, ha demostrado desde temprana edad un talento excepcional para la tecnología y ha fundado varias empresas antes de unirse a Kalanick en la creación de Uber.

Su colaboración fue esencial para desafiar las convenciones de la industria del transporte.

Acto III: la magia de la innovación

Pero hasta aquí no hay mucha diferencia con otras ideas. ¿Qué diferenció a Uber de sus antecesores? No se trataba solo de la capacidad de hacer aparecer un coche con una app, sino su modelo de negocio disruptivo, tanto a nivel empresarial como tecnológico. Bueno, y alguna que otra práctica cuestionable.

En términos empresariales, Kalanick y Garrett Camp transformaron a los conductores de simples mortales a empresarios independientes sobre ruedas. Esto no solo fue una jugada maestra en el tablero de ajedrez empresarial, sino que también encendió la chispa de la controversia y alimentó las llamas de debates legales y éticos que aún perduran.

Por otro lado, la innovación tecnológica ha sido siempre crucial para Uber; transformó la industria del transporte al digitalizar por completo la experiencia de solicitud, rastreo y pago de viajes. La introducción de un avanzado sistema de geolocalización, un sistema de GPS personalizado (no pueden reservarse coches de Uber en Google Maps) y algoritmos de optimización de rutas ha mejorado la precisión en la asignación de vehículos, lo que ofrece a conductores y pasajeros una experiencia segura y fluida. Aunque los coches autónomos siguen siendo una meta pendiente, esta visión de tener lo último en tecnología ha marcado, al menos hasta ahora, la filosofía de Uber.

Acto IV: estrategia de expansión

Uber implementó una estrategia agresiva para su expansión. Incluyó promociones generosas para atraer conductores y pasajeros. Consciente de la importancia de ganar apoyo público, Kalanick ideó tácticas para contrarrestar la oposición de las autoridades. Esto incluyó la distribución masiva de iPhones preprogramados con la aplicación Uber a conductores, así como ofertas promocionales a pasajeros.

Frente a controversias y desafíos legales, la empresa emprendió tácticas de defensa agresivas, desde alertar a los usuarios para que expresaran su apoyo, hasta la creación del sistema “Greyball” para evitar la detección por parte de las autoridades. A pesar de ello, Uber continuó expandiéndose y consolidándose como un servicio esencial en numerosas ciudades en todo el mundo.

¿Quién necesita la legalidad cuando tienes iPhones preprogramados y un sistema secreto llamado “Greyball”?

Acto V: competencia

En 2012, Kalanick enfrentó un nuevo desafío cuando Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, lo alertó sobre una nueva y popular aplicación entre sus empleados: Lyft. La llegada de Lyft, el enemigo público número uno de Uber, desató una batalla épica por el dominio del mercado. Uber lo hizo todo por seguir siendo el rey de la carretera: desde interrumpir eventos de reclutamiento para ofrecer a los conductores rivales incentivos y bonificaciones, hasta espiarles con un software secreto llamado “Hell” para atraerlos hacia Uber ofreciéndoles condiciones favorables.

Uber defendió todas estas estrategias como necesarias en un mercado competitivo. No obstante, toda esta guerra marcó el inicio de una historia tumultuosa para Uber.

Acto VI: Guerra contra los taxistas

El ascenso de Uber se vio empañado por trágicos incidentes que pusieron de manifiesto las dificultades económicas enfrentadas por algunos conductores de taxis tradicionales debido a la competencia de Uber. Esta situación desencadenó protestas y, en casos extremos, tragedias personales y alguna que otra patada. La rivalidad entre Uber y los taxistas se intensificó, dando lugar a movimientos anti-Uber en todo el mundo y, en algunos casos, incluso a actos de violencia contra conductores de Uber.

Además, Uber enfrentó acusaciones relacionadas con la falta de seguridad, incluyendo casos de agresión sexual a pasajeros por parte de conductores de la plataforma, lo que contribuyó a un creciente sentimiento de desconfianza hacia la empresa por parte del público. A pesar de los esfuerzos por mejorar su imagen, Uber enfrentaba una creciente crisis de confianza.

Acto VII: Uber frente al mundo

Travis Kalanick hizo enormes esfuerzos para establecer a Uber en China, por lo que destinó cantidades significativas de dinero para promociones, a pesar de enfrentar numerosos obstáculos. El mercado chino, con sus tácticas fraudulentas y la competencia arraigada, representó desafíos significativos para Uber. Las pérdidas multimillonarias debido a estafadores y la competencia de la aplicación Didi, respaldada por el gobierno chino, llevaron a Uber a cesar sus operaciones en China a cambio de una participación en el negocio de Didi. Este acuerdo, si bien contentó a los inversores, no cumplió con las expectativas iniciales de Travis. Además, las tensiones internas, como un video viral que mostraba a Travis en una discusión, y el anuncio de incursión en vehículos autónomos aumentaron la desconfianza hacia Uber.

A pesar de afrontar desafíos externos, la mayor amenaza para Uber radicaba en su propia conducta.

Acto VIII: una cultura problemática

Travis Kalanick fue una figura influyente con una determinación feroz en su papel como líder. Concibió a Uber no solo como una empresa, sino como una misión, impulsando a la empresa con una mentalidad de “Uber contra el mundo” e incitando una cultura laboral competitiva. Sin embargo, la compañía atravesó conflictos, incluyendo un escándalo de acoso sexual y una cultura interna tóxica que socavaron la reputación de la empresa (para saber más, es conocida la historia de la ex trabajadora de Uber Susan Fowler). Estos problemas llevaron a una licencia de Travis en 2017, y su renuncia posterior como CEO tras presiones de los accionistas.

Epílogo: una historia que aún se está escribiendo

Dara Khosrowshahi, el CEO actual de Uber tras la salida de Kalanick, ha introducido cambios significativos en la empresa, priorizando la mejora de los servicios para los usuarios (el objetivo es hacer una superapp) y enfocándose en reconstruir la confianza pública. Su liderazgo ha destacado por su enfoque en la experiencia del usuario, la seguridad y la transparencia, lo que representa un cambio notable en la dirección de la empresa. Además, ha puesto énfasis en la responsabilidad empresarial y la satisfacción del cliente para redefinir el futuro de Uber en un entorno competitivo y desafiante.

Dara Khosrowshahi

No hay duda de que Uber ha navegado por aguas turbulentas, más allá de que su historia es un claro ejemplo del impacto que tiene pensar diferente y atreverse a innovar. Pero también, es un recordatorio para quien busque cambiar el mundo: 

El camino está lleno de retos,
y es crucial no perder la brújula ética en el proceso.

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