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UN NUEVO TRIÁNGULO AMOROSO: SOCIAL MEDIA, CIENCIA Y CONOCIMIENTO

29 Septiembre 2022

Twitter, Facebook, Instagram, Linkedin o TikTok son conocidas redes sociales usadas por millones de usuarios. Son el canal de difusión de información más inmediato e interactivo, y llevan años alborotando nuestra rutina y manera de comunicarnos. A través de ellas podemos compartir lo que nos pasa y, sobre todo, podemos mostrar cuáles son nuestros intereses. No cabe duda tampoco que las redes sociales son un instrumento de información cada día más importante. El estudio “Redes Sociales en España 2021” indica que un nada despreciable 66 % de los usuarios de Internet usa las redes sociales para informarse. 

 

La enorme capacidad de alcance mediático en la sociedad de las redes sociales no ha pasado desapercibida en el mundo de la ciencia. En lo que podemos considerar una nueva era de la comunicación científica, cualquier estrategia queda incompleta si no se acompaña con una difusión adecuada en redes sociales. Según la IX Encuesta de Percepción Social de la Ciencia realizada por la FECYT, Internet y las redes sociales son ya la principal fuente de información sobre ciencia para las personas de entre 15 y 44 años. 

 

 Así, hoy día no es difícil encontrar información que antes buscábamos en enciclopedias o libros, resultados de las investigaciones o datos curiosos relacionadas con la ciencia. Las redes sociales también pueden ser, por lo tanto, un escaparate para la divulgación de la ciencia y la transferencia de conocimiento. En distintas áreas del conocimiento y en formatos diversos (videos, hilos de Twitter o blogs especializados, entre otros).  

 

Se ha convertido en habitual encontrar una gran cantidad de jóvenes (y no tan jóvenes) investigadores y estudiantes comprometidos con actividades de divulgación científica. Decimos comprometidos porque en general son labores altruistas que van en paralelo a sus estudios o trabajos. Las ventajas son muchas: facilidad de uso, posibilidad de llegar a públicos masivos, rapidez y la posibilidad de utilizarse en cualquier lugar y momento. Asimismo, tienen un camino bidireccional, en el que los expertos transmiten conocimientos a los ciudadanos que generan una respuesta. Así, se crea un escenario de interesantes debates que han dado pie a lo que se denomina ciencia ciudadana: canales que permiten que la sociedad participe en la política científica. 

¿Dónde podemos encontrar información fiable y de calidad?

La información de la que estamos hablando incluye contenido muy amplio y diverso: Artículos científicos (papers) con los resultados de las últimas investigaciones; actos, conferencias y presentaciones que puedan resultar interesantes, así como eventos de divulgación; convocatorias, becas o ayudas relacionadas con la ciencia; noticias relevantes que tengan como fuente una entidad universitaria o de investigación; contenido audiovisual; efemérides o días mundiales relacionados con la línea de investigación o la especialidad del autor; u opiniones sobre temas de actualidad relacionados con una especialidad concreta. ¿Dónde podemos encontrarlos? 

– Redes científicas destinadas a profesionales de la investigación: no están destinadas a la divulgación, pero en estas pueden encontrarse trabajos y artículos científicos recientes. 

– Blogs científicos: no son redes sociales propiamente dichas, pero sí son un mecanismo de participación en la comunicación global actual, con la ventaja de que permite agrupar, recopilar y poner a disposición de todos una variedad de textos. 

– Canales de YouTube o Twitch tanto para estudiantes como para profesores, en general en forma de videos que permiten conocer, de primera mano, prácticas educativas innovadoras que facilitarán el estudio.  

– Podcasts, que son de muy fácil difusión y cada vez más populares. 

– Hilos de Twitter sobre todo enfocados a explicar la ciencia o a difundir resultados de investigaciones recientes. 

– Instagram: en esta red social, al ser la más vistosa, pueden encontrarse fotografías impactantes que acompañen al texto, infografías, etc. 

– TikTok: la ciencia también tiene cabida en esta red social a través de vídeos cortos y divertidos con un claro objetivo divulgador. 

– Otras redes sociales: Linkedin, Pinterest, Snapchat, Tumblr, Flickr o incluso Wikipedia (que se construye mediante un sistema de aportaciones y revisiones). 

Cómo garantizar que la información es verdaderamente de calidad 

Los autores de este tipo de contenidos ejercen una gran responsabilidad. Cuando se trata de datos científicos, la síntesis, la creatividad y el dinamismo deben ir acompañados de algo inherente a este tipo de información: fuentes contrastadas, veracidad, rigurosidad y con base en la evidencia 

Por lo tanto, del mismo modo que las redes sociales son un medio ideal para difundir este tipo de información, es importante distinguir lo que es verdaderamente ciencia de lo que no lo es. La clave es saber dónde y cómo mirar y, sobre todo, que no te den gato por liebre. He aquí algunas pistas: 

– El autor: ¿quién nos está transmitiendo esa información? ¿es de verdad un experto en la materia o es alguien que ha aprovechado el tirón y que tan solo busca los anhelados seguidores y nuevos “me gusta”? 

– Frecuencia de publicación: es importante confirmar que el autor vaya actualizando a menudo sus contenidos. 

– Calidad de la información: es vital descartar contenidos con faltas de ortografía, una redacción pobre o que recurran a elementos visuales de mala calidad. También es importante corroborar que la información sea contrastada o, algo que es muy importante, si hace referencia a otros autores o investigadores que ayuden a validar lo que se está diciendo. 

Si se tienen en cuenta estos aspectos, está claro que las redes sociales pueden convertirse en un gran escaparate fiable para la ciencia que, sin duda alguna, ayudará a acercarla a la sociedad.  

 Y esto tiene mucho que ver con Databot, con las bibliotecas y las universidades. 

Hoy, los/as universitarios/as viven inmersos/as en estas fuentes de información, son para ellos/as un entorno en el que se sienten cómodos/as y donde consumen información en un formato que les es familiar. 

Por este motivo, vamos a lanzar la nueva versión de Social Media Discovery, una aplicación que permite a las bibliotecas seleccionar y catalogar de forma ágil y sencilla contenido de estas fuentes. Y lo mejor, integrarlo en su discovery a través de OAI-PMH, o bien difundirlo a través de la propia interfaz de SMD, que también cuenta con su propio discovery. 

 ¿Quieres saber más? Escríbenos a hola@databot.es  

Referencia bibliográfica:

– Bayo, I. F., Menéndez , Ó., Fuertes, J., Milán , M., & Mecha, R. (2019). La Comunidad Científica ante las Redes Sociales. Guía de Actuación para Divulgar Ciencia a través de ellas. Universidad Complutense de Madrid.

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